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lunes, 13 de agosto de 2012
domingo, 12 de agosto de 2012
El tinglado » Etapas de la literatura española
Posted on 6:25 by Unknown
miércoles, 8 de agosto de 2012
GENERACIÓN DEL 98
Posted on 17:18 by Unknown
La Generación del 98
Teoría:
1898
El siglo XIX termina con una grave crisis: el final del imperio colonial español. En 1895 se produce el levantamiento de Cuba y en 1896 el de Filipinas, últimas colonias. España, aunque reacciona ante las revueltas, sufre una derrota total y en 1898 se ve obligada a firmar el Tratado de París por el que Cuba consigue la independencia, mientras que Filipinas y Puerto Rico quedan bajo el control de Estados Unidos.
Este acontecimiento provocó en España una ola de indignación y protesta que se manifestó en literatura a través de los escritores de la Generación del 98.
Generación del 98
Una generación literaria es un grupo de escritores que, nacidos en fechas cercanas y movidos por un acontecimiento de su época, se enfrentan a los mismos problemas y reaccionan de modo semejante ante ellos.
Generación literaria | Generación del 98 |
- Un grupo de escritores. | - Sus principales componentes son: Miguel de Unamuno, Valle-Inclán, Pío Baroja, Azorín y Antonio Machado. |
- Nacidos en fechas cercanas. | - Todos nacen entre 1864 y 1875. |
- Movidos por un acontecimiento. | - El acontecimiento histórico que los mueve es la decadencia española y el desastre de 1898. |
- Se enfrentan a unos mismos problemas. | - La imagen lamentable que presenta España, que ha caído en la apatía y el desinterés. |
- Reacción semejante. | - Analizan los males de España e intentan proponer soluciones. |
España
Ante el estado de apatía e indiferencia en el que ha caído el país, se preocupan por encontrar la verdadera esencia o alma de España y el sentido de la vida. Para esto utilizan tres vías:
- La literatura. Cada época literaria ha tenido sus modelos; los autores de la Generación del 98 sienten especial debilidad por Gonzalo de Berceo, Jorge Manrique, Cervantes y Quevedo. Admiran a Larra y a los ilustrados porque ya habían sufrido y analizado estos problemas.
- La historia. En ésta es donde buscan estos escritores la esencia de España, los valores de la patria y la raíz de los problemas presentes.
- El paisaje. Ven en el austero paisaje castellano el reflejo del alma y la esencia que buscan. Recorren la meseta de Castilla describiendo minuciosamente la pobreza de sus pueblos, la sencillez de sus gentes y lo extremado de su clima. Esperan captar, a través de este paisaje, el alma de España.
Tú me levantas,
tierra de Castilla, en la rugosa palma de tu mano, al cielo que te enciende y te refresca, al cielo, tu amo. Tierra nervuda, enjuta, despejada, madre de corazones y de brazos, toma el presente en ti viejos colores del noble antaño. Con la pradera cóncava del cielo lindan en torno tus desnudos campos, |
tiene en ti cuna el
Sol y en ti sepulcro y en ti santuario. Es todo cima tu extensión redonda y en ti me siento al cielo levantado, aire de cumbre es el que se respira aquí, en tus páramos. ¡Ara gigante, tierra castellana, a ese tu aire soltaré mis cantos, si te son dignos bajarán al mundo desde lo alto! |
Características literarias
Tras la pérdida de las colonias de América en 1898, año del que recibe el nombre esta Generación, sus miembros reaccionan de manera similar:
- Se rebelan y protestan ante el atraso de nuestro país. Esto hace que propongan soluciones para la reconstrucción de la agricultura, la educación, la cultura y la economía del país. También proponen la integración de España en Europa.
- Exaltan nuestros valores nacionales y patrióticos, a medida que adquieren un mayor conocimiento y aprecio de España.
- Su afán reformador hace que adopten un determinado estilo literario para exponer sus ideas:
- Lenguaje sencillo y expresivo que rompe con la retórica recargada de la época.
- Vocabulario apropiado, con el fin de reflejar de la forma más justa posible lo que se quiere expresar. De ahí que abunden palabras cultas, extranjeras y populares.
- Predominio de la oración simple, concisa y breve, evitando los párrafos largos y la subordinación.
...No se divisa nada; indudablemente se ha empañado el cristal. Limpiémoslo. Ya está claro; tornemos a mirar. Los bosques que rodeaban la ciudad han desaparecido. Allá, por aquellas lomas redondas que se recortan en el cielo azul, en los confines del horizonte, ha aparecido una mancha negra; se mueve, avanza, levanta una nubecilla de polvo. |
Autores
- Miguel de Unamuno y Jugo
Nació en Bilbao en 1864. Estudió Filosofía y Letras en Madrid y fue catedrático de griego en la Universidad de Salamanca donde ejerció muchos años como rector. A causa de su oposición a la Dictadura de Primo de Rivera, fue desterrado a la isla de Fuerteventura. Regresó en 1930 a Salamanca donde murió el 31 de diciembre de 1936.
Unamuno es el escritor más representativo del 98 y todos sus compañeros de Generación admiraron y respetaron su formidable y contradictoria personalidad, la profundidad de su pensamiento y su estilo apasionado.
Toda su obra está llena de preocupación y problemática filosófica; pero sin perder su valor literario. El autor siente una gran angustia ante la muerte y un deseo de vida eterna que permita al hombre seguir existiendo. El problema religioso y la búsqueda angustiada de Dios son un tema constante en su vida y en su obra.
Su estilo no tiene un claro propósito artístico; es seco, robusto y no siempre elegante, pero extraordinariamente exacto e incitante. Le interesa expresar su mundo interior y convencer a los lectores, por ese orden. De ahí que su tono sea apasionado y que sus razonamientos no estén ordenados, sino en un continuo movimiento de vaivén. Su vehemencia hace que utilice cadenas de sinónimos como si con una sola palabra no bastara para expresar todo su complejo y rico mundo interior.
Su producción literaria es muy extensa, utilizando todos los géneros literarios:
- La novela es el género que utiliza para expresar sus propios problemas personales como la sed de inmortalidad, el sentido trágico de la vida y la lucha entre la razón y la fe. Destacan: La tía Tula, Abel Sánchez, San Manuel Bueno, mártir, Niebla.
- En poesía deja ver su honda preocupación religiosa. El Cristo de Velázquez, Teresa, Cancionero.
- Ensayos y artículos en los que Unamuno expone sus preocupaciones patrióticas y el futuro del hombre más allá de la muerte. Vida de Don Quijote y Sancho, Del sentimiento trágico de la vida, La agonía del cristianismo.
- Cuentos, como los recogidos en el libro El espejo de la muerte.
- Dramas. Soledad, Raquel, El otro.
Puedes leer un pequeño fragmento de la introducción de la Vida de Don Quijote y Sancho, un largo ensayo en el que el autor comenta pasajes de la novela tan importante de Cervantes e interpreta a sus dos protagonistas como símbolos del alma española. |
EL
SEPULCRO DE DON QUIJOTE
Me preguntas, mi buen
amigo, si sé la manera de desencadenar un delirio, un
vértigo, una locura cualquiera sobre estas pobres
muchedumbres ordenadas y tranquilas que nacen, comen,
duermen, se reproducen y mueren.
... Esto es una miseria,
una completa miseria. A nadie le importa nada de nada. Y
cuando alguno trata de agitar aisladamente este o aquel
problema, una u otra cuestión, se lo atribuyen o a
negocio o a afán de notoriedad y ansia de
singularizarse.
No se comprende aquí ya
ni la locura. Hasta al loco creen y dicen que lo será
por tenerle su cuenta y razón. Lo de la razón de la
sinrazón es ya un hecho para todos esos miserables. Si
nuestro Señor Don Quijote resucitara y volviese a esta
su España, andarían buscándole una segunda intención
a sus nobles desvaríos. Si uno denuncia un abuso,
persigue la injusticia, fustiga la ramplonería, se
preguntan los esclavos: ¿Qué irá buscando en eso? ¿A
qué aspira? Unas veces creen y dicen que lo hace para
que le tapen la boca con oro; otras que es por ruines
sentimientos y bajas pasiones de vengativo o envidioso;
otras que lo hacen no más sino por meter ruido y que de
él se hable, por vanagloria; otras que lo hace por
divertirse y pasar el tiempo, por deporte. ¡Lástima
grande que a tan pocos les dé por deportes semejantes!
Fíjate y observa. Ante un
acto cualquiera de generosidad, de heroísmo, de locura,
a todos estos estúpidos bachilleres, curas y barberos de
hoy no se les ocurre sino preguntarse: ¿Por qué lo
hará? Y en cuanto creen haber descubierto la razón del
acto -sea o no la que ellos suponen- se dicen: ¡Bah!, lo
ha hecho por esto o por lo otro. En cuanto una cosa tiene
razón de ser y ellos la conocen, perdió todo su valor
la cosa. Para eso les sirve la lógica, la cochina
lógica.
Comprender es perdonar, se
ha dicho. Y esos miserables necesitan comprender para
perdonar el que se les humille, el que con hechos o
palabras se les eche en cara su miseria, sin hablarles de
ella.
Han llegado a preguntarse
estúpidamente para qué hizo Dios, el mundo, y se han
contestado a sí mismos: ¡para su gloria!, y se han
quedado tan orondos y satisfechos, como si los muy
majaderos supieran qué es eso de la gloria de Dios.
|
- Azorín
Se llamaba José Martínez Ruiz. Nació en Monóvar (Alicante) en 1873 y vivió en Madrid dedicándose al periodismo y a la literatura. Pasada su juventud vivió una vida tranquila sin hechos destacables y murió en 1967.
Sintió profundamente los problemas de España y centró su atención en Castilla: sus pueblos, sus hombres, su paisaje y su pasado histórico y literario.
Su estilo es muy personal, llamando poderosamente la atención su arte descriptivo. Es capaz de percibir los más mínimos e insólitos detalles de la realidad. Se vale de una técnica impresionista muy cercana a la utilizada por la pintura o por el cine, que consiste en seleccionar unos cuantos detalles significativos de lo que quiere describir para darnos, a través de ellos, la esencia íntima de la realidad descrita.
Su prosa, de estilo inconfundible, se caracteriza por una elegante, primorosa y elaborada sencillez. La sintaxis es simple: frases cortas, normalmente coordinadas o yuxtapuestas. El léxico, por el contrario, tiene gran riqueza y precisión.
- Novelas: La voluntad, Antonio Azorín, Las confesiones de un pequeño filósofo.
- Ensayos: Al margen de los clásicos, La ruta de Don Quijote.
- Libros de paisajes: Los pueblos, Castilla.
- Teatro: Old Spain, Lo invisible.
Este texto pertenece
a uno de sus libros de ensayos: Castilla, en el que como
dice el propio Azorín "pretende aprisionar una
partícula del espíritu de Castilla". En el fragmento nos describe, con frases muy breves, la sequedad y decrepitud de esta vieja y sufrida región. La lejanía del mar aparece casi en cada frase acentuando, por contraste, la sequedad castellana |
SEQUEDAD
Y DECREPITUD DE CASTILLA
No puede ver el mar la
solitaria y melancólica Castilla. Está muy lejos el mar
de estas campiñas llanas, rasas, yermas, polvorientas;
de estos barrancales pedregosos; de estos terrazgos
rojizos, en que los aluviones torrenciales han abierto
hondas mellas; mansos alcores y terreros, desde donde se
divisa un caminito que va en zigzag hasta un riachuelo.
Las auras marinas no llegan hasta esos poblados pardos de
casuchas deleznables, que tienen un bosquecillo de chopos
junto al ejido. Desde la ventana de este sobrado, en lo
alto de la casa, no se ve la extensión azul y vagarosa;
se columbra allá en una colina con los cipreses
rígidos, negros, a los lados, que destacan sobre el
cielo límpido. A esta olmeda que se abre a la salida de
la vieja ciudad no llega el rumor rítmico y ronco del
oleaje; llega en el silencio de la mañana, en la paz
azul del mediodía, el cacareo metálico, largo, de un
gallo, el golpear sobre el yunque de una herrería. Estos
labriegos secos, de faces polvorientas, cetrinas, no
contemplan el mar; ven la llanada de las mieses, miran
sin verla la largura monótona de los surcos en los
bancales. Estas viejecitas de luto, con sus manos
pajizas, sarmentosas, no encienden cuando llega el
crepúsculo una luz ante la imagen de una Virgen que vela
por los que salen en las barcas; van por las callejas
pinas y tortuosas a las novenas, miran al cielo en los
días borrascosos y piden, juntando sus manos, no que se
aplaquen las olas, sino que las nubes no despidan
granizos asoladores.
|
- Pío Baroja
Nació en San Sebastián en 1872; murió en Madrid en 1956. Fue médico pero abandonó su carrera para dedicarse a la literatura. Viajó mucho; sin embargo, su vida fue bastante tranquila. Baroja fue un hombre solitario, independiente y profundamente sincero. Su visión de la realidad española es amarga y pesimista, lo cual se refleja en sus obras, pero también se plasma su espíritu sensible lleno de humor y, a veces, de ternura. Critica claramente los vicios que aquejan a los españoles con una marcada intención reformista.
Todas las obras de Baroja pertenecen al género narrativo: novelas, cuentos y narraciones cortas. Su estilo es vigoroso, dinámico y expresivo. Irrespetuoso con las reglas gramaticales, no busca la corrección sintáctica y léxica, sino la sencillez y la expresividad. Sus personajes suelen ser rebeldes, arrojados e intrépidos en contraste con su falta total de fe en el mundo y en la acción.
Escribió sesenta y seis novelas además de otras narraciones. Entre ellas destacan: La busca, Mala hierba, Aurora roja, La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz, Zalacaín el aventurero, Camino de perfección.
NUESTRA
GRAN AVENTURA
Cuando vi que el Stella
Maris quedaba abandonado, se me ocurrió el proyecto
de ir hasta él y reconocerlo. Tenía la ilusión de que,
por una casualidad, pudiese quedar a flote. Al exponer mi
plan a Zelayeta y Recalde les produjo a los dos un
entusiasmo asombroso.
Decidimos esperar a que
cesaran las lluvias; tuvimos que aguardar todo el
invierno. Las fantasías que edificamos sobre el Stella
Maris no tenían fin: lo pondríamos a flote,
llevaríamos a bordo el cañón enterrado en la cueva
próxima al río, y nos alejaríamos de Lúzaro
disparando cañonazos.
Un día de marzo, sábado
por la tarde, de buen tiempo, fijamos para el domingo
siguiente nuestra expedición.
Yo advertí por la noche a
mi madre que íbamos los amigos a Elguea, y que no
volveríamos hasta la noche.
El domingo al amanecer, me
levanté de la cama, me vestí y me dirigí de prisa
hacia el pueblo. Recalde y Zelayeta me esperaban en el
muelle. Zelayeta dijo que quizá fuera mejor dejar la
expedición para otro día, porque el cielo estaba oscuro
y la mar algo picada; pero Recalde afirmó que
aclararía.
Ya decididos, compramos
queso, pan y una botella de vino en el Guezurrechape
del muelle; bajamos al rincón de Cay Erdi donde
guardaba sus lanchas Shacu; desatamos el Cachalote
y nos lanzamos al mar. Llevábamos un ancla pequeña de
cuatro uñas, atada a una cuerda, y un achicador
consistente en una pala de madera para sacar agua.
El viento soplaba con
fuerza, en ráfagas violentas; las olas batían las rocas
del Izarra produciendo un estruendo espantoso y
llenándolas de espuma.
Pasamos por delante de
Frayburu, la peña grande, negra, la hermana mayor de las
rocas del Izarra, que desde el mar parece un torreón en
ruinas.
Comenzábamos a acercarnos
al Stella Maris. El aspecto de la goleta con los
mástiles rotos, tumbada sobre una banda como un animal
herido en el corazón, era triste, lastimoso.
El mar chocaba contra las
peñas y sobre el costado del barco, produciendo un ruido
violento como el de un trueno; las gaviotas comenzaban a
revolotear en derredor nuestro, lanzando gritos salvajes.
Estábamos emocionados;
Zelayeta y yo creo que hubiéramos vuelto a Lúzaro con
mucho gusto, pero nada dijimos. Recalde no era de los que
retroceden. Las dificultades y el peligro le excitaban.
Proponiéndole volver no le hubiéramos convencido, y,
tácitamente, los dos más reacios nos decidimos a
obedecerle. Terco, pero sin arrebatos, Joshe Mari era
hábil y marino de instinto.
Sabía que había un
canalizo estrecho, de cuatro o cinco brazas, entre los
arrecifes, y quería penetrar por él para acercarse a la
goleta. Muchas veces enfilamos la entrada del canal; pero
al ir a tomarlo nos desviábamos.
Recalde nos mandaba
aguantar en sentido contrario para detenernos.
-¡Ciad! ¡Ciad! -gritaba.
Y nosotros metíamos las
palas de los remos en el agua, resistiendo todo lo
posible.
Hubo un instante en que no
pudimos contrastar el impulso de una ola, y entramos en
el canalizo rasando las rocas, envueltos en nubes de
espuma, expuestos a hacernos pedazos.
Alrededor, cerca de
nosotros, todo el mar estaba blanco; en cambio, por
contraste, más lejos parecía completamente negro.
La olas saltaban sobre las
peñas con tal fuerza que, al caer la espuma en copos
blancos como nieve líquida, nos calaba la ropa.
A medida que avanzábamos
en el canal, el mar iba quedando más tranquilo; el agua
verdosa, casi inmóvil se cubría de meandros de plata.
Cuando nos vimos en
seguridad nos miramos satisfechos. Zelayeta se puso a
proa con el bichero y Recalde y yo, unas veces remando y
otras empujando contra las rocas, avanzamos despacio. De
pronto, Zelayeta gritó, mientras apretaba con el
bichero:
-¡Eh! Parad.
-¿Qué pasa? -Hay que pararse. Perdemos fondo.
El bote iba rasando la
roca. Nos detuvimos. Estábamos a veinte pasos del barco.
Yo vi que de la popa colgaba una braza de cuerda; salté
de peña en peña y comencé a escalar el Stella
Maris a pulso.
Al asomarme por la borda,
una bandada de pájaros y de gaviotas levantó el vuelo,
y tal impresión me hicieron que por poco me caigo al
mar.
Algunas de aquellas
furiosas aves me atacaban a picotazos y revoloteaban
alrededor de mí lanzando gritos agudos. Con un trozo de
amarra pude defenderme y hacerlas huir.
-¿Qué pasa? -gritó
Recalde.
-Nada -dije yo-. Son pájaros. Se puede subir. -Echa esa cuerda.
Les eché una cuerda, que
ataron al Cachalote, y luego, saltando como yo,
de una piedra a otra, subieron al barco.
|
- Ramón María del Valle-Inclán
Nació en Villanueva de Arosa (Pontevedra) en 1866 y murió en Santiago de Compostela en 1935. Después de una accidentada estancia en México, paso la mayor parte de su vida en Madrid; aunque siempre estuvo vinculado a su tierra gallega. Fue conocido tanto por el valor de su obra literaria como por su extraña figura: largas melenas y barbas, vestidos estrafalarios y gestos desmesurados de gran señor. Perdió su brazo izquierdo en una pelea. Dirigió en Roma la Academia Española de Bellas Artes.
Aunque estudiamos a Valle-Inclán dentro de la Generación del 98, no mostró ningún interés por muchos de los problemas ideológicos que preocuparon a los hombres de su generación. Sus preocupaciones son fundamentalmente estéticas.
Cultivó todos los géneros literarios, pero destacó en la novela y en el teatro. Demostró el magnífico dominio que poseía sobre los recursos expresivos del idioma. Su estilo está marcado por dos etapas bien diferenciadas. Las obras de la primera están escritas en una prosa refinada y exquisita, llena de musicalidad y de sensaciones de color. La segunda se caracteriza por una visión pesimista de la realidad, que se expresa a través de un lenguaje desgarrado y de un humor deformante. Crea los esperpentos: obras en las que deformaba sistemáticamente la realidad mediante la creación de personajes grotescos que se mueven en ambientes raros y sorprendentes.
- Sus obras de la primera etapa:
- Novelas: Las cuatro Sonatas, Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera, Gerifaltes de antaño.
- Teatro: Águila de blasón, Romance de lobos.
- Poesía: El pasajero.
- A la segunda etapa pertenecen:
- Novelas: Tirano Banderas.
- Teatro: Luces de bohemia.
- Poesía: La pipa de Kif.
Esta novela
histórica tiene como tema las guerras carlistas. El
autor sitúa la acción en su Galicia natal, lo que
permite que pueda recrear de forma artística el paisaje
de su tierra, que tanto amó. Esta novela pertenece a su
primera época, en la que, influenciado por el
Modernismo, no se propone ser fiel a los acontecimientos
históricos, sino crear un mundo de belleza. En el fragmento puedes apreciar tres partes: La primera y la última nos sitúan en el ambiente y lugar de los hechos. La parte central dialogada, nos comunica los acontecimientos. En el texto hay un ambiente de misterio dentro de una sensación de belleza lograda a partir del vocabulario, la sonoridad de las palabras y el ritmo lento y pausado de las frases. |
COMENTARIOS
DE LAS MUJERES SOBRE LA GUERRA
Caballeros en mulas y a un
buen paso de andadura, iban dos hombres por aquel camino
viejo que, atravesando el monte, remataba en Viana del
Prior. A tiempo de anochecer entraban en la villa
espoleando. Las mujerucas que salían del rosario,
viéndoles cruzar el cementerio con tal prisa, los
atisbaron curiosas sin poder reconocerlos, por ir
encapuchados los jinetes con las corazas de juncos que
usa la gente vaquera en el tiempo de lluvias por toda
aquella tierra antigua. Pasaron los jinetes con hueco
estrépito sobre las sepulturas del atrio, y las
mujerucas quedáronse murmurando apretujadas bajo el
porche, ya negro a pesar del farol que alumbraba el nicho
de un santo de piedra. Voces de viejas murmuraban bajo el
misterio de los manteos:
-¡Son las caballerías
del palacio!
-Esperaban, días hace, al
señor mi Marqués. Viene para levantar una guerra por el
Rey Don Carlos.
-¡Y el sacristán de las
monjas espareció!
-Bajo el Crucero de la
Barca dicen que hay soterrados cientos de fusiles.
-El sacristán no se fue
solo, que con él se partieron cuatro mozos de la aldea
de Bealo. A todos los andan persiguiendo.
-No quedará quien labre
las tierras. Aquellos mozos que no van a la guerra por la
su fe, luego se van por la fuerza a servir en los
batallones del otro Rey.
-¡Nunca tal se vio como
agora! ¡Dos reyes en las Españas!
-¡Como en tiempos de
moros!
-Bárbara la Roja, que
tiene al marido contrabandista, va diciendo por ahí que
el sacristán dejóse ver con una partida en la raya de
Portugal.
-¡Santo fuerte, si lo
cogen lo afusilan!
-¡Afusilado murió su
padre!
-¡No hay plaga más
temerosa que la guerra que se hacen los reyes!
-¡Las Españas son
grandes y podían hacer partición de buena conformidad!
-Son reyes de distinta
ley. Uno bueno cristiano, que anda en la campaña y se
sienta a comer el pan con sus soldados. El otro, como
moro, con más de cien mujeres, nunca pone el pie fuera
de su gran palacio de la Castilla.
Amenguaba la lluvia, y las
viejas dejaron el abrigo del porche, encorvadas bajo los
manteos, chocleando los zuecos. Se dispersaron, y algunas
pudieron ver que estaban iluminadas las grandes salas del
Palacio de Bradomín. El Marqués acababa de descabalgar
ante la puerta que aún conservaba, partidas en dos
pedazos, las cadenas del derecho de asilo. El caballero
legitimista venía enfermo, a convalecerse en aquel
retiro de una herida alcanzada en la guerra.
|
- Antonio Machado
Nació en Sevilla en 1875; pero siendo aún muy pequeño se trasladó a Madrid con su familia. Fue profesor de Francés en los institutos de Soria, Baeza, Segovia y Madrid. Cuando vivía en Soria, se casó con Leonor Izquierdo. Consiguió un beca para ampliar sus estudios en París, pero tuvo que regresar a causa de la enfermedad de su esposa. Su muerte causó en el poeta un gran dolor que marcó toda su vida. Al estallar la guerra civil española, su espíritu liberal y republicano hicieron que apoyara la causa del pueblo con su verso y con su ejemplo. En los últimos días de la guerra, como tantos otros, marchó a un pequeño pueblo de Francia llamado Collioure, donde murió en 1939.
La poesía de Antonio Machado gira en trono a tres temas principales: la intimidad del poeta, el paisaje o mundo exterior a él y su amor por Leonor, muerta al poco de casarse.
Entre sus obras en verso y con características modernistas escribió Soledades, Soledades, galerías y otros poemas. Con marcada influencia del 98 elaboró Campos de Castilla.
- Su mundo interior está hecho de recuerdos, añoranzas, ensueños (mundos imaginarios creados por el deseo y la soledad); y por el sentimiento del paso del tiempo.
- El paisaje es Castilla y es Andalucía, porque vivió en ambos lugares; son las gentes castellanas, su historia pasada y su vida presente. También es la realidad nacional vista con sentido crítico.
- El amor de su mujer hace que salga por algún tiempo de su soledad y ensimismamiento. Pero vuelve a ellos cuando Leonor muere.
También escribió teatro: La Lola se va a los puertos; y prosa: Juan de Mairena, Abel Martín.
A un olmo seco | |
Al olmo viejo
hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el Sol de mayo, algunas hojas verdes le han salido. ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento. No será, cual los álamos cantores que guardan el camino y la ribera, habitado de pardos ruiseñores. Ejército de hormigas en hilera van trepando por él, y en sus entrañas urden sus telas grises las arañas. |
Antes
que te derribe, olmo del Duero, con su hacha el leñador, y el carpintero te convierta en melena de campana, lanza de carro o yugo de carreta; antes que rojo, en el hogar, mañana, ardas de alguna mísera caseta, al borde de un camino; antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas; antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas, olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera. |
Recuerda que un comentario
de textos no consiste solamente en explicar con tus
palabras lo que escribe el autor; sino profundizar en el
estudio del texto de que se trate.
|
Lectura y comprensión del
texto
1ª.- Lee con mucha atención el
texto que va a continuación hasta que lo entiendas
perfectamente. Utiliza el diccionario si es necesario.
¡Colinas plateadas, gises alcores, cárdenas roquedas por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, oscuros encinares, ariscos pedregales, calvas sierras, caminos blancos y álamos del río, tardes de Soria, mística y guerrera, hoy siento por vosotros, en el fondo del corazón, tristeza, tristeza que es amor! ¡Campos de Soria, donde parece que las rocas sueñan, conmigo vais! ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas!... |
2ª.- Escribe el significado de
las siguientes palabras.
Colinas | |
Plateadas | |
Roquedas | |
Cárdenas | |
Alcores | |
Ariscos | |
Pedregales | |
Ballesta |
Autor
3ª.- Escribe un resumen de la vida y la obra de Antonio Machado.
Tema
4ª.- Escribe el tema del poema. Justifica tu respuesta.
5ª.- Escribe el número de versos que ocupa cada una de las dos partes del poema y lo que expresa el autor en ellas..
Partes | Nº de versos | Tema |
1ª parte | ||
2ª parte |
Canal
6ª.- Analiza la medida y la rima del poema, colocando en cada verso el número y la letra correspondientes.
Código
7ª.- Completa con los elementos descritos, las técnicas que utiliza para describirlos y la sensación que reflejan.
Elementos descritos | Técnicas descriptivas | Sensaciones |
8ª.- Escribe los sentimientos que expresa el poeta y su justificación.
Receptor
9ª.- Escribe la impresión que te ha causado el poema después de haber estudiado el tema y el texto.
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